En el marco del Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, la Unidad Ecológica Salvadoreña, con el apoyo de la Federación Luterana Mundial, organizó el conversatorio “la destrucción ambiental también es violencia contra las mujeres”.

Más de cincuenta mujeres provenientes de varios departamentos del país participaron en el evento, el cual se abrió con una conferencia de prensa por parte de lideresas de San Salvador, Ahuachapán y Sonsonate y continuó con intercambios de experiencias y reflexiones sobre cómo la destrucción ambiental y el cambio climático están afectando el día a día de la mujer.

Carolina Amaya, representante de UNES, comenta sobre el evento: “En esta ocasión queremos compartir nuestra posición de la vinculación que hay entre la destrucción del medio ambiente y la violencia contra la mujeres. Hay una estrecha relación por los roles que este sistema patriarcal y capitalista le ha impuesto a la mujeres en el cuido de otros, de otras especies y de la naturaleza, lo que conlleva que la mujer sea expuesta a varios tipos de violencia.”

En este sentido, Sonia Sánchez, lideresa de Santo Tomás, explica cómo las comunidades de este municipio han visto secarse los mantos acuíferos y el principal río del cual se abastecían, lo que ha afectado a las mujeres en las tareas de abastecerse de agua y realizar el trabajo doméstico. “Subimos también violencia económica, ya que no podemos abastecernos del río y el costo del barril de agua sigue subiendo, sin que podamos hacer nada”, añade.

En Ahuachapán, la expansión del monocultivo de caña ha llevado a la destrucción de áreas boscosas y el agotamiento de los recursos hídricos, causando perdida de bosques de mangle y de especies, y graves problemas de contaminación. El aumento de salinidad en los pozos de los cuales se abastecen las comunidades de la zona costera hace que las mujeres tengan que ir más lejos para abastecerse, exponiéndose a muchos riesgos.

“La falta de agua y la contaminación afectan la salud y la vida económica de la mujer. Pero lo que vulnera más los derechos de las mujeres es la ausencia de una Ley de Agua”, detalla Sarah Guardado, lideresa de Guaymango y representante de la Asociación de Mujeres la Colmena, la cual se moviliza para la protección del medio ambiente y de los derechos de las mujeres en el departamento de Ahuachapán.

Este conversatorio completa una serie de eventos realizados por la Unidad Ecológica Salvadoreña para presentar un estudio sobre el impacto del cambio climático en las mujeres de la región centroamericana. Los testimonios recopilados en cuatro países de Centro América y a las experiencias compartidas en este convesatorio demuestran la urgente necesidad de abordar el tema del cambio climático y de la destrucción ambiental desde una perspectiva de género.