Del 4 al 17 de diciembre se desarrolló en Cancún, México, la conferencia de las partes número 13 de la Convención de Naciones Unidas para la Diversidad Biológica, reunión en la que también se abordó el seguimiento del Protocolo de Cartagena sobre seguridad en la biotecnología (COPMOP número 8) y el protocolo de Nagoya sobre acceso a los recursos genéticos (COPMOP número 2).

Estos tres marcos regulatorios internacionales son muy importantes en lo vinculado a la biodiversidad y el avanzar en acordar mecanismos para su adecuada implementación es estratégico para la protección de nuestros territorios.

Sin embargo, el verdadero reto es la implementación de estos grandes acuerdos a nivel nacional. Para el caso de El Salvador, no se ha ratificado el protocolo de Nagoya sobre el acceso a los recursos genéticos, y no hay voluntad política para hacerlo. En nuestro país, que día a día pierde mucha de su biodiversidad debido a urbanizaciones, monocultivos y tala de bosques, estos temas deberían estar en los primeros lugares de la agenda.

Otro de los retos nacionales es el monitoreo y cumplimiento de los acuerdos internacionales suscritos en la materia. En el marco de la convención hay por ejemplo las metas de Aichi o Plan estratégico para la diversidad Biológica 2011 -2020, las cuales han tenido un bajo o nulo alcance en El Salvador, por la débil capacidad de fiscalizar los bienes naturales y el aumento de actividades industriales y comerciales que degradan los ecosistemas.

Por ello es importante que a nivel nacional se tomen acciones urgentes para la protección de los bienes naturales y su diversidad biológica. Entre estos, es importante que se aprueben y ratifiquen normativas que van orientadas a su protección y conservación, que las instituciones públicas hagan su parte en la aplicación de la ley y en la sanción de actividades lesivas a los bienes ambientales y los derechos a un medio ambiente sano. En general, la sociedad debe estar informada y concientizada sobre la necesidad de participar en acciones encaminadas a la vigilancia y protección de los ecosistemas.