Alrededor de 15 Comunidades de Ahuachapán Sur, organizadas en el Comité de Microcuenca y Asociación Istatén, dieron inicio a la recuperación de 5 kilómetros del río Aguacate, parte la la Microcuenca El Aguacate, San Francisco Menéndez, para facilitar la entrada del agua al territorio, removiendo piedras, ramas y troncos, residuos de diques.

Esta acción se organizó para hacer frente a la escasez de agua causada por la construcción de presas artesanales que extraen agua del cauce del río Aguacate. La industria cañera alega que necesita 700 galones por minuto para continuar regando los cultivos con sus bombas (que han funcionado en casos anteriores hasta 24 horas seguidas); esto conlleva a que el agua del río se concentre casi exclusivamente para el beneficio del sector cañero.

Manuel de Jesús Trigueros, miembro de la Asociación Comunitaria para la Protección Ambiental Marino Costero Ahuachapán Sur (Istatén), explica que las comunidades  han tomado la iniciativa porque “existe la problemática que no corre el agua, ya que la Central de Izalco la contiene con presas solo para el uso en cañales”. Esto ha afectado a la agricultura, a los manglares y a animales que viven en los ríos, además de perjudicar el acceso al agua potable para la gente.

A pesar de venir negociando el uso del agua en un espacio denominado “Mesa de Dialogo” en el cual han participado activamente UNES, el Ministerio de Agricultura y Ganadería, y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la industria sigue con su postura en extraer agua de forma que ha estado perjudicado a la gente y los ecosistemas (en este caso, el Manglar de Garita Palmera).

La posición de las comunidades es el “no negociar el agua”, ya que permitir la introducción de presas artesanales es continuar con la sobreexplotación de la microcuenca y dejar que se perjudique el acceso al agua. En este sentido, Gregorio Ramírez, técnico de UNES, aclara: “Ceder a la presión del sector cañero significa retroceder en los avances alcanzados para la equidad ambiental en el territorio y en la sostenibilidad de los ecosistemas.”

Las acciones de limpieza se seguirán realizando hasta poder lograr el ingreso del agua al río Aguacate y que el agua dulce pueda llegar a las comunidades y al manglar de Garita Palmera.